Joan Bermúdez
Hemos tenido ocasión de conocer recientemente un anuncio muy esperado por su posible incidencia en la evolución del mercado de la vivienda. Se trata del nuevo Plan de la Vivienda 2018-2021. Las previsiones apuntadas por el ministro del ramo en el Congreso de los Diputados es que en este mes de marzo pueda vez la luz. De momento poco podemos decir de su contenido toda vez que todavía se está negociando (al parecer) con las Comunidades Autónomas (CC.AA.) la asignación de recursos para que estas puedan proceder en su momento a firmar los convenios correspondientes.
SUMARIO:
-Objetivo del Plan Vivienda
-Evolución del mercado inmobiliario
-Características de las ventas
Aunque si sabemos que la demora en su aprobación y publicación (el anterior venció a finales de año) no debería afectar al mercado, ya que según afirman desde el Ministerio de Fomento, este Plan tendrá efectos retroactivos desde primero de Enero. Formalmente es impecable la cobertura del periodo de tiempo desde que venció el anterior a la puesta en marcha del nuevo. La pregunta es como se pueden retrotraer los efectos a las actuaciones ya realizadas, que lo han sido sin conocer (sin saber si les podrá afectar) las medidas que en el nuevo plan se incorporen. or otra parte ¿no puede generar un efecto de ralentización o paralización de proyectos que pudieran estar afectos al Plan? Consciente que el futuro es incierto, deberemos dar un margen de confianza a que ello sea posible, aunque con visión de presente parece que pocas serán las actuaciones que pudieran beneficiarse.
El objetivo según nos indican y que podríamos definir, tal y como se apunta, como “el ideario” que ha de regir el nuevo Plan de la Vivienda, es que se pongan a disposición de las CC.AA. que son quienes deben desarrollarlo, pisos propiedad de bancos (aunque también parece contemplarse otros tipos de propietarios) para facilitar el alquiler a personas (como colectivo más significado) que hayan sufrido un desahucio de su vivienda habitual. Nuevamente surge otra pregunta. ¿Se está contando para el desarrollo del Plan de la vivienda, con productos de otros propietarios que no son la administración, aunque estos sean bancos? ¿No se ha intentado ya en ciertos entornos geográficos (con poco éxito, por cierto) que los bancos aportaran viviendas a la Administración Municipal para que esta gestionara su alquiler?
Esperemos a ver el redactado definitivo, aunque de momento deja un poso de intranquilidad a tenor de las declaraciones y (porque no decirlo) de la experiencia en los últimos planes. Máxime cuando se pone de manifiesto que el objetivo propuesto es incrementar el mercado de las viviendas de alquiler sin generar nuevo producto (al cual me he referido en otras ocasiones de la dificultad y complejidad que ello comporta), mientras la realidad se obstina en decir que la situación del mercado inmobiliario es otra. La venta, sigue siendo el elemento principal de la actividad inmobiliaria de la vivienda.
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