El Banco Central Europeo (BCE) encara su segundo año como el máximo supervisor de las entidades financieras de la eurozona y lo hace con la intención de revisar hasta la última coma de los balances.
En su labor supervisora, la autoridad monetaria no solo va a analizar la solvencia de los bancos, su capacidad para generar rentabilidad, su gobernanza corporativa, el riesgo de su cartera de créditos o su modelo de negocio. También va a medir la exposición de cada entidad al sector inmobiliario.
La intención del organismo presidido por Mario Draghi ha confirmado que ha puesto en marcha un grupo de trabajo especial para examinar de forma más estricta que hasta ahora áreas como el sector inmobiliario, sobre todo a los bancos con la morosidad más elevada, y proponer actuaciones.
Según los resultados del tercer trimestre de 2015, la tasa de mora de los promotores superaba el 50% en Caixabank y se situaba alrededor del 48% en el caso de Banco Sabadell. Unas cifras que indican impagos en la mitad de los créditos que estos bancos conceden a este tipo de empresas.
Este ejercicio de análisis se convierte en todo un reto para la banca española, que todavía soporta en su balance en torno a 240.000 millones de euros en créditos dudosos y activos adjudicados según los cálculos de Analistas Financieros Internacionales (AFI) y que le están consumiendo provisiones y capital.
Pero la exposición al ladrillo no es el único obstáculo del sector financiero doméstico. La aparición de nuevos competidores en el sector (como la banca en la sombra o las empresas de tecnología que ofrecen servicios de pago), el complejo escenario político que ha dejado el resultado de las elecciones del 20D, la nueva regulación internacional y la escasa capacidad para generar rentabilidad son otros de los que deberá superar a lo largo del año.
Este último, además, también será revisado por el BCE, cuyo objetivo es estudiar los modelos de negocio y revisar qué factores afectan o contribuyen a la evolución de la rentabilidad en un escenario de tipos de interés extraordinariamente bajos (desde septiembre de 2014 el precio del dinero está en el nivel mínimo histórico del 0,05%). En este sentido, conviene recordar que la banca española es, por ejemplo, la que menos ingresos obtiene vía comisiones entre los grandes países europeos.
Dentro de su exhaustivo examen, la otra meta del organismo es conseguir que el consejo de las entidades sea consciente de sus riesgos y, sobre todo, que los sepa gestionar.